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¿Cómo Será el Planeta en el 2050?

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Aqui les va una noticia que no se esperaban:

Si seguimos con los mismos índices de progreso que hemos llevado por décadas, para el 2050 habremos logrado eliminar por completo la pobreza extrema, la humanidad estará en su mejor momento en su historia en casi todos los indicadores humanos medibles, y el planeta será más verde, más bello y más disfrutable que nunca.

¿Es eso cierto? ¿Habías escuchado ese pronóstico?

Suena como una vil mentira, cuando muchas organizaciones internacionales, universidades, activistas y medios de comunicación han estado reportando lo contrario todos los días últimamente.

Primero debo felicitarte por interesarte e involucrarte en los temas del bien común, y de apasionarte con construir un mejor mundo. El primer paso en ese camino es informarse bien.

Pero cuidado con una tentanción que ha existido desde el principio de la humanidad: el alarmismo.

Debemos ser muy escépticos de todos los reportes difundidos por activistas, o por organizaciones políticas, que proponen una catástrofe inminente o irreversible, “al menos que actuemos ya” (sin decir exactamente a que se refieren con “actuemos”). Muchas organizaciones dependen del alarmismo; solo así pueden recaudar fondos, o mantener relevancia o influencia política. Curiosamente, mucha gente maravillosa trabaja para estas organizaciones, gente inteligente, preparada y comprometida con construir un mejor mundo. Incluso, entre más prosperidad logramos como país, o región, más empatía generamos, y más nos preocupamos por temas de pobreza, desigualdad, deforestación, cambio climático, destrucción del planeta, injusticias, etc., y por ello, más nos preocupamos con esos reportes, sin necesariamente verificar su validez empírica, pero sobre todo, sin cuestionar sus recomendaciones de política pública.

El alarmismo ha sido parte de la historia humana desde su inicio. Desde alarmismo que llevó a cacería de brujas y a inquisiciones, hasta de advertencias sobre apocalipsis inminentes, plagas, invasiones, sobrepoblación, terrorismo, guerras nucleares. Y los que llegan al poder, tanto hoy como hace siglos, no tienden a ser los lideres más ecuánimes o analíticos, sino los que le echan más leña a la lumbre.

John Stuart Mills observaba desde 1828: “no la persona que tiene esperanza cuando otros advierten malos tiempos, sino la persona que advierte malos tiempos cuando otros tienen esperanza es la que se admira como un sabio.” Y esto mismo estamos viendo hoy. Mientras vivimos en el mejor momento de la historia de la humanidad en todos los indicadores importantes de calidad de vida, los economistas, ambientalistas, y politólogos más celebrados son los alarmistas, aquellos que advierten fracaso, que manipulan indicadores para demostrar los problemas del mundo, o que proyectan tragedias.

Pues, veamos qué tan informados estamos, con una pregunta objetiva sobre el mundo:

¿El porcentaje de la población del mundo viviendo en pobreza extrema en los últimos 20 años se ha duplicado, se ha mantenido igual, o se ha reducido a la mitad?

Si eres como la mayoría de las personas, entonces tu respuesta es la misma que 95% de los más de 1,000 participantes encuestados por el experto Hans Rosling, quienes seleccionaron la opción que indicaba que la pobreza extrema se había duplicado en el mundo en los últimos 20 años.

La respuesta correcta: la pobreza extrema en el mundo se redujo a la mitad en tan solo ese periodo. El número absoluto de personas viviendo en pobreza extrema bajó más de 700 millones de personas de 1981 a 2008, incluso mientras la población del mundo incrementaba en un 48%. Según los números recientes del Banco Mundial, la cantidad de personas viviendo con menos de $1.90 al día bajó de 36% en 1990 a menos de 10% en 2015.


Si analizamos el mundo en un contexto histórico más amplio, vemos que la vida humana, por la mayor parte de la historia de la humanidad, había sido caracterizado por una pobreza extrema predominante, y condiciones de vida insufribles, para todos excepto la realeza y algunas familias privilegiadas. Más de 94% de todas las familias vivían con menos de $1.90 dólares desde el inicio de la humanidad hasta el año 1820. Eso es más de 200,000 años de historia de humanidad en condiciones precarias. Y de repente, con la revolución industrial, algo empezó a cambiar. Para 1900, la pobreza extrema global había bajado a 84%, para 1950, a 72%, para el 2000, a solo 26%, y así llegamos al día de hoy, en el que aproximadamente 9% de la población global vive bajo la raya históricamente definida como el criterio de pobreza extrema.
Esto significa que 90% del mundo ya gana suficiente para no morirse de hambre, una realidad que amenazaba la vida diaria de más de 94% de las familias durante toda la historia humana es hoy una amenaza diaria solo para menos de 10% de la población global. Si seguimos esta tendencia, veremos un final de la pobreza extrema en los próximos 15 años.

El problema, como siempre, es la política y la burocracia dentro de grandes organizaciones. Los que llegan al poder incluso en estas organizaciones tienden a ser los que tienen más habilidad política, no necesariamente los mejores técnicos: algunos, por suerte, han sido muy buenos, pero la mayoría, pues, meros humanos, jugando el juego político, atrapados en sistemas burocráticos, llenos de intereses particulares, incluso sujetos a las mismas tentaciones de poder, de contratos, de asignación de puestos, de corrupción, que en cualquier gobierno y organización. Generar un reporte científico objetivo, o incluso, una solución a problemas globales, en ese ambiente es muy difícil. Yo lo he podido ver de primera mano en mi trabajo con gobiernos federales, con legisladores, con alcaldes, con universidades, con organizaciones internacionales, con iglesias, y con corporaciones multinacionales.

Por otro lado, algunos de los mejores científicos e investigadores no trabajan ni para el gobierno ni para ONGs (aunque conozco también ahí a muchos buenos), sino que son inventores, creadores, exploradores, o emprendedores. Estos se dedican a crear y construir soluciones, no a publicar reportes ni estudios. Estos desarrollan vacunas, inventan tecnologías nuevas, o construyen proyectos o empresas que cambian al mundo. Este es el tipo de gente que está cambiando y salvando al mundo y a la humanidad, no los que hablan (con la pena de en ocasiones incluirme yo en esa categoría), pero especialmente no los que lloran o advierten de catástrofes, sino los que hacen, los que emprenden, los que descubren nuevos horizontes, los que actúan.

Entonces, de regreso a la pregunta de cómo será el mundo para el 2050.

Entre todo este fervor sobre la catástrofe inminente del planeta causado por emisiones de carbono y de uso excesivo de plástico, otra realidad esta siendo ignorada: el enverdecimiento global está ocurriendo más rápido que el cambio climático. La cantidad de vegetación creciendo en el planeta tierra ha estado incrementando cada año por los últimos 30 años. La evidencia viene de la tasa de crecimiento de las plantas y de evidencia satelital.

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En 2016, otra investigación publicada por 32 autores, de 24 instituciones, y de 8 países, concluyó que había habido un incremento de vegetación de aproximadamente 14% en el planeta entero en los últimos 30 años. El autor del estudio, Zaichun Zhu, de la Universidad de Beijing, expone que esto es el equivalente de agregar un continente nuevo entero de vegetación verde, del doble del tamaño de Estados Unidos.

El efecto de enverdecimiento esta afectando todos los ecosistemas, desde la tundra del ártico, hasta las selvas tropicales, pero el efecto aparece con mayor incremento en lugares áridos como la región del Sahel de África, donde la desertificación ha sido completamente revertida.

Pero esto no es sorpresa para los que estan en estos campos de investigación desde hace tiempo. Miles de experimentos demuestran lo mismo, que vinculan el incremento de los niveles de CO2 con incremento de cosechas, bosques o selvas.

Este enverdecimiento es una MUY buena noticia. Significa que cada vez habrá más comida para “insectos, venados, elefantes, ratones, pescados, ballenas…” Significa más productividad agrícola para los humanos también, que aparte resulta en menos tierra necesaria para producir más comida, permitiendo asi preservar aún más territorio para la vida salvaje.

Durante las eras de hielo, los niveles de CO2 en la atmosfera bajan drásticamente, porque los océanos más fríos absorben más gas. Eventualmente, llegan a niveles tan bajos de CO2, (alrededor de 0.018% en el clímax de la última era de hielo), que las plantas batallan mucho para crecer, especialmente en los lugares desérticos y áridos, o altos. Como resultado, tormentas de tierra gigantes cubren el planeta entero. La era de hielo era un terrible tiempo para vivir incluso en los trópicos: era frio, seco, polvoriento, y con mucha menos vegetación que hoy.

Como dijo Svante Arrhenius, el sueco que primero midió los efectos de los gases invernadero: “Por la influencia del incremento del porcentaje de ácido carbónico en la atmosfera, podemos esperar que estaremos disfrutando de una era con un clima más agradable y mejor.”

Así que disfrutemos de la maravillosa vegetación de nuestro planeta actual, y del hecho que la vegetación está creciendo más rápido cada año que la temperatura promedio.

¿Entonces, que podemos hacer tú y yo para sumar aún mas en este proceso para mejorar el planeta y la calidad de vida humana, especialmente para aquellas ciudades y países todavía sufriendo pobreza extrema hoy?

La respuesta:

Emprende un proyecto que mejore al mundo, como negocio, o como trabajo profesional, de tiempo completo. Esto signficia dedicarse a innovaciones que mejoren el aprovechamiento de la basura, y el reciclaje; significa inventar mejores productos, desarrollar mejores tecnologías, inventos que reduzca nuestros desperdicios, productos que incrementen nuestra eficiencia enegética y que sean más accesibles que las alternativas actuales, o procesos que mejoren nuestra calidad de vida, y el planeta, y que sean buen negocio a la vez.

¿No quieres emprender o inventar cosas? ¿Prefieres construir instituciones y leyes?

Entonces, enfócate en fomentar leyes e instituciones que fomenten el diseño de ciudades más compactas y caminables, con mejor manejo de su basura y de la disposición de sus residuos sólidos, y que mejoren el cuidado de los parques urbanos, playas, arroyos, lagos, y bosques nacionales; dedícate a reducir las barreras económicas que protegen los privilegios corporativos de unos cuantos, y la pobreza estructural, que limita sobre todo a las familias más pobres y a los pequeños negocios y a las nuevas innovaciones; para que las ciudades y países pobres, que son los que actualmente tiran más basura al mar, puedan superarse rápidamente, y reducir así la contaminación de los arroyos, del mar, del aire, del subsuelo, y del planeta.

Una respuesta equivocada, pero la que muchas ONGs y activistas difunden, y la más popular entre las nuevas generaciones hoy en día, es la de inventar un nuevo impuesto, a la gasolina, o prohibiciones de productos, incluyendo popotes y bolsas de plástico, más intervención del gobierno e imposición de regulaciones al comercio, y a los emprendedores en general, o más controles al crecimiento de la población humana. Estas propuestas no solo no funcionan, sino que resultan en lo opuesto a lo que quieren lograr, al incrementar la corrupción, y la pobreza, y por lo tanto, el deterioro de las instituciones, de la calidad de vida, y del planeta. Estas recomendaciones de política publica están basadas en ideologías políticas, pero con absolutamente cero evidencia empírica o científica. Eso no es mejorar el mundo. Promover o votar por esas ideas resultan en un retroceso al progreso humano.

¿Y tú, de cual de los dos tipos de humanos eres, de los que hablan, y esperan que el gobierno resuelva los problemas del planeta, o de los que hacen, y terminan transformando su comunidad, su ciudad y el mundo?

Fuentes: 

Banco Mundial, World in Numbers, The Global Warming Policy Foundation, HumanProgress.org, Nature.com, Factfulness: Ten Reasons We’re Wrong About the World and Why Things Are Better Than You Think, Enlightenment Now. 

Enlaces de interés: 

http://www.thegwpf.com/nasa-higher-co2-levels-responsible-for-greening-earth/)

https://humanprogress.org/article.php?p=2018 

https://humanprogress.org/article.php?p=1613

https://www.nature.com/articles/nclimate3004

https://www.worldbank.org/en/topic/poverty/overview

https://ourworldindata.org/extreme-poverty 


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